HUMANOS: HERRAMIENTAS PODEROSAS



Cualquier organización, grande, pequeña o mediana, tiene en sí misma la herramienta más poderosa de crecimiento: las personas. ¿Cómo es que hasta ahora la mayoría de las empresas se han olvidado de que la mayor y mejor fuente de energía son las personas que trabajan en ella? La motivación, la serenidad, el afecto (que no el amor, el amor hay que dedicarlo a otros menesteres) por el trabajo....son indispensables para que una empresa sea una organización, no solo una máquina implacable de exprimir vidas. Lo repetiré hasta la saciedad: cualquier decisión se toma con el corazón antes que con la razón, desde la decisión más simple y cotidiana hasta las decisiones que afectan al futuro de la Humanidad. Si las empresas empezaran a entender que su problema no es la crisis, la recesión, la falta de créditos o el petróleo, sino su ceguera emocional, su falta de empatía, su incapacidad por sentir como buena organización humana que son...Otro gallo nos cantaría, hasta pondría huevos. Somos humanos, imperfectos, vale, pero vamos a reconocernos de una vez como la auténtica fuerza motora de la economía. ¿Petróleo? Dame un equipo positivo, honesto, firme, entusiamado y cohesionado, y llevo tu empresa al cielo....de las empresas. Por nosotros, los humanos, el verdadero poder.


*Fotografía: Jorge Moreno. Patinadores del equipo de competición del Club Amaia de Pamplona

Mikel Urmeneta


Decirle a un empresario a bocajarro que está confundiendo su objetivo principal, que el objetivo no es vender, sino ser una gran empresa (vender llegará después, y a manos llenas), me emociona. Basicamente porque no hay nada más reconfortante que decir la verdad. Cada vez que me encuentro a un empresario a quien sus planes de marketing le están conduciendo a una loca carrera por aumentar las ventas menospreciando su propia cultura, su propia razón de ser, sus valores, no puedo dejar de decir: así no vas a ninguna parte, venderás hoy pero no serás nada mañana. Esa es la verdad. Ser uno mismo es la única forma de salirse de la fila. Transmite valentía, honestidad, credibilidad....Valores añadidos que ni el mejor de los productos aporta por sí mismo. Y ¿qué hace Mikel Urmeneta por aquí? La empresa de Mikel, Kukuxumusu, nació con un espíritu que hoy en día se mantiene, a pesar de que entonces eran tres amigos y hoy soy un imperio del diseño en diferentes soportes (las camisetas son lo de menos). A Mikel a veces no le aguanto, muchas veces...Me recuerda a esos renacuajos que intentaba pillar en el río con absoluta dedicación, se me escurrían, y yo no paraba hasta espachurrarlos entre mis dedos de cinco o seis años...Cuando tenía uno lo lanzaba al cubo, pero entonces el renacuajo perdía todo su interés, ya no podía escabullirse. Aquello ya no era un renacuajo, era...otra cosa. Mikel ha conseguido escabullirse una y otra vez de lo convencional, a pesar de estar en la rueda empresarial, ha sabido aprovechar las leyes del mercado para construir una gran empresa sin dejar de ser él mismo. Es un tipo observador, capaz de elevar la mayor tontería a la categoría de principio universal de la Humanidad. Una ve esa tierna oveja negra rodeada de ovejas blancas en una camiseta y siente que este tipo le ha entendido, más que Josep Font con un traje de cuello imposible que te tapa la nariz y unos pliegues acartonados que te impiden caminar. No eres perfecta, eso te viene a decir Mikel, y la imperfección reconforta, porque es lo único que nos caracteriza a los "umanos". Que sea caperucita quien se coma al lobo y el corredor quien pille al toro, también. Mikel ha creado una empresa, una gran empresa, que vende camisetas para subsistir, y crecer, muchas camisetas, pero jamás hubiera vendido nada, jamás hubiera llegado a estar donde está, si hubiera dejado de ser él mismo: un renacuajo cabezón cuyo mayor encanto reside en que es imposible meterl en el cubo. Mikel, un abrazo.