NO SOY LO QUE TENGO

Sé que extraer algo positivo de esta crisis puede resultar demagógico, pero no hay más remedio que intentarlo. En el plano profesional he podido comprobar la necesidad de emoción y de amor que existe en la construcción de marca. Aunque parezca mentira, en tiempos de recesión necesitamos la definición de valores más allá del marketing. Las marcas necesitan tener un espíritu antes que un producto que nazca y muera sin personalidad. Las empresas quieren saber quiénes son, antes que comunicar qué tienen. Y esto surge del nuevo concepto de empresa como grupo de personas, con necesidades e inquietudes que afectan a la productividad más que el propio producto. Crear empresas sostenibles, marcas sostenibles, solo es posible desde el más absoluto respeto por las vidas de quienes forman una estructura empresarial. Sólo podemos crecer si sabemos quiénes somos o quiénes queremos ser. Tener un buen producto no es suficiente en el nuevo mundo que nos cae en la cabeza tras la crisis. Es imprescindible mirar desde dentro hacia fuera, reconocernos como seres humanos que trabajan para ser, no para producir.

No solo hay que tener. Por encima de todo, hay que ser. Y la única forma de ser es amar, y que nos amen. Emoción y amor. Que el año 2009 haga lo que quiera, yo ya sé lo que quiero ser.

El Arte de la Guerra

El Arte de la Guerra es el tratado sobre estrategia más antiguo del mundo, una serie de artículos escritos por el general chino Sun-Tzu, alrededor del siglo V a.C. Unos preceptos intemporales que se resumen en dos conceptos básicos: la estrategia es superior a la violencia y la inteligencia mejor que la brutalidad. Sencillo y evidente, ¿verdad? Pero la complejidad reside en la dificultad de aplicarlos cuando la ocasión lo requiere. No hay más que ver la crisis mundial en la que nos vemos envueltos, fruto de un estilo empresarial tipo "tiburón", un depredador ciego que devora lo primero por lo que siente atracción, que calma su hambre con absoluta inmediatez. Sun-Tzu, entre otras cosas, llegó a la conclusión de que la guerra debilita a todos. Por eso una de sus grandes enseñanzas fue que la mayor victoria es la del que vence sin combatir: el que gana un combate es fuerte, pero el que vence antes de combatir es poderoso. Y ahí entra la estrategia en comunicación. El tratado de estrategia de Sun-Tzu es hoy aplicable con total actualidad a lo que llamamos las Crisis de Comunicación. Una crisis de comunicación es una guerra abierta en la que una empresa debe decidir si defenderse, atacar, o no hacer nada. Pienso en Sun-Tzu cuando tengo que enfrentarme a una estrategia para ganar una crisis: la excelencia suprema consiste en quebrar la resistencia del enemigo sin luchar. Eso no significa ser cobarde, significa ser inteligente.

El Arte de la Guerra nos enseña a ser inexpugnables, no a luchar. Luchar directamente, sin una estrategia, supone un esfuerzo sin medida y la posibilidad de perder.

Hoy me han preguntado: ¿qué es un consultor de estrategia? Sun-Tzu lo definió muy bien: "El general que avanza sin ambicionar la fama y que se retira sin temer la desgracia, cuyo único pensamiento es proteger a su país y hacer un buen servicio a su soberano, es la joya del reino".

Los consultores no somos un proveedor, somos un "rol" en una empresa. La joya del reino. Puede ser un servicio puntual, como la resolución urgente de una crisis de comunicación, o una colaboración sistemática y regular. Es lo mismo. El consultor no es ni el médico que cura a un paciente enfermo porque tiene en sus manos el poder de curar, ni es un proveedor. El consultor es un "socio" que facilita que una empresa tome decisiones de vital importancia gracias a su estrategia. Un consultor no decide, ayuda a tomar decisiones con éxito. Cuando su trabajo termina posiblemente su táctica ha sido invisible para la mayoría: ¿cómo se puede conseguir la victoria a partir de la táctica del propio oponente? Eso es lo que resulta difícil de comprender generalmente, y ese es precisamente el principio ineludible de mi trabajo. Investigar, analizar, conocer profundamente a quien tengo enfrente. Y después plantear una estrategia. Cuando más encerrada estoy en mi tienda de campaña, solo en ese momento, en ese proceso, tengo o no la victoria. Sólo entonces sé si puedo ganar. Y hasta que no estoy segura de la victoria me mantengo invisible. Después también, la victoria es de mi "socio".

"Despiértalo, y aprende el principio de su actividad o de su inactividad. Oblígalo a rebelarse, para descubrir así sus lugares vulnerables".

La inteligencia, la honestidad, la coherencia, la energía nos sacarán de esta crisis.

Primero las ideas, después las acciones. Gracias amado Sun-Tzu.

El Poder del Pensamiento

Dicen que quienes escribimos, lo hacemos para nosotros mismos. A veces sí, a veces no. Yo ahora escribo para tí. Has llegado hasta aquí buscando mi nombre, a qué me dedico, qué pienso, qué deseo...Posiblemente ya crees conocerme, no estés tan seguro, yo misma me reinvento cada día. Pero hay algo que subyace en todo aquello que me sucede desde que estoy por esta vida, y es el más absoluto convencimiento de que podemos hacer realidad todo lo que pensamos. El pensamiento arrastra al cuerpo, y provoca nuestras circustancias. La realidad no nos controla, nosotros controlamos la realidad. Somos tan fuertes que no nos lo creemos, somos los dioses de nuestra realidad. Somos creadores, sólo hace falta pensar. Tan sólo un pequeño cambio en nuestra actitud puede cambiar nuestra relación con el mundo, con las personas, con nosotros mismos. Piensa en cuál es tu actitud ante cada circustancia, ante cada persona, y entenderás porqué recibes una respuesta u otra. Quiérete y te querrán. Sé positivo y el mundo tendrá siempre una sonrisa para tí.

He creado este blog para pensar, sobre mí y sobre mi trabajo, y para recibir pensamientos, sobre mí y sobre mi trabajo. Una página web resulta una fórmula de comunicación generalmente unilateral, y yo espero dar y recibir mucho más que información. Quiero conocerme, quiero me conozcas. Quiero encontrarme, quiero que me encuentres.

Aquellos que ya me conoceis sabeis que soy una idealista sin remedio. Y aunque en nuestra cultura el idealismo está rebajado a la categoría de infantilismo, yo lucho cada día por convertirme en una adulta idealista. Eso implica creer en mis propios pensamientos, saber que aquello que pienso se puede transformar en realidad, estar convencida de que puedo ser mejor tan sólo pensando. ¿Y cómo pienso? Pienso en grande, siempre.

Pensar en grande implica intentar ir siempre más allá de lo que veo con mis propios ojos. Creer en el poder de lo intangible, en la fuerza de las emociones, en la energía de la pasión, en la trascendencia del amor...

Sé que los pensamientos pueden convertirse en colores, las palabras en imágenes, la actitud en experiencia, los deseos en verdades, los sueños en objetos, la fantasía en marcas, la información en comunicación, la confianza en beneficio, la credibilidad en relaciones públicas....Sé que puedo crear una realidad pensando en cómo quiero que se vea esa realidad, para mí y para los demás. ¿Poco modesto? Posiblemente, pero pienso en grande, y ahí me quedo, ahí quiero estar. Ese es mi territorio, vital y profesional.

Consultora de estrategias de comunicación: así se resuelven 20 años de experiencia en todos los ámbitos de la información, la imagen y la comunicación. Llegó el momento de ser capaz de pensar en grande para los demás, profesionalmente. Pensar y establecer un método de trabajo para que "pensar en grande" sea un servicio profesional. Soy una trabajadora del pensamiento. Facilito pensamientos para tomar decisiones empresariales. Ese es mi trabajo.

Pienso dónde estás y dónde deberías estar. Y te ayudo a llegar desde aquí hasta allí. Pienso en cómo debes llegar.

Creo experiencias. Mi territorio no es el marketing, técnicas de ventas trasnochadas y rancias. Yo trabajo para crear experiencias de marca. Ayudo a sentir, querer, esperar, desear, amar una marca.

Así pues, bienvenido a mi territorio. Yo te lo enseño.