VILLA CLEMENTINA: EL PLACER DE SENTIR

¿Quién ha dicho que un hotel solo son buenos servicios? Un hotel puede ofrecer muchas cosas pero lo que realmente queda en el recuerdo es todo lo sentido y vivido. Una ducha caliente al despertar, caminar descalzo sobre una madera noble, abrir la ventana, respirar un paisaje de otoño, abrir la ventana y vibrar entre sus colores con calma, sentir sin pensar...vivir.


AlzateBranding quería transmitir el placer de despertar en un bello hotel de campo. Jorge Moreno ha conseguido resumirlo y materializarlo en una producción fotográfica sugerente, delicada, sensible....Gracias a esa facultad de Jorge para captar instantes de movimiento y luz, su capacidad de detener en una foto emociones sin demasiados artificios, despertar en Villa Clementina www.hotelvillaclementina.com se cuenta en una imagen y se resume en el placer de sentir.


Cuántas veces caminamos sin sentir...Poner un pie delante del otro, es más que un acto reflejo, puede ser un descubrimiento si somos conscientes del suelo que pisamos: su textura, su temperatura, su color, su sonido. Los suelos de Villa Clementina cuentan historias si los escuchas. 

Prueba a dejar tus pies desnudos y a caminar hasta la ventana de este hermoso hotel.


Desde aquí mi felicitación a Villa Clementina por los pasos tan bien dados. 


PD: 
Fotografía y creatividad Jorge Moreno para AlzateBranding 
www.jorge-moreno.es 
Diseño gráfico: César Garralda para Villa Clementina
Modelo: Cristina Goñi

NOS VEMOS LUEGO MIKEL




Sé que desde donde estás, tranquilo y sonriente, me pides que no llore. Sé que estás bien, mucho mejor. Pero no puedo evitarlo, porque te echo de menos. Tu sonrisa grande y rápida, sincera y potente. Tu mirada, mezcla de timidez e inteligencia, profundamente  interesada e interesante. Tu manera de fluir en la vida, con serenidad pero con una fuerza sin límites. Siempre adelante, siempre con calma, siempre seguro. Te admiro mi pequeño gran hermano. Nunca antes había llorado tanto en la vida, pero nunca antes había aprendido tanto de la vida y de la muerte. Gracias bonito, por quererme tanto, gracias por templarme, gracias por toda tu vida. Toda enterita la he guardado en el corazón, para acariciarla cuando me sienta perdida, y poder encontrar enseguida el norte. Ya no te puedo decir mírame a los ojos para tranquilizarnos los dos. Ya no hace falta mirarnos, no importa, te escucho en el corazón. Espero que estos días, si tú me escuchas a mí, no me hagas demasiado caso, estoy cabreada con todo, ya se me pasará, te lo prometo.

Te quiero mucho Mikel