Los monjes budistas construyen bellas piezas con arena de colores para simbolizar la levedad de todo en la vida. No hay nada que perdure lo suficiente para mostrar un apego desmesurado, para adoptarlo como eje de nuestra vida. Mucho menos el trabajo. En la vida todo pasa, y lo único que perdura es la energía que hemos puesto en vivir, y el amor. Lo material, el trabajo, todo pasa, todo se disuelve. Os dejo mi propio mandala, el que Saioa, mi hija pequeña, ha construído con una sonrisa. Su sonrisa sí será eterna.
Y CALLA...MIRA POR DÓNDE, QUE YA NO ME CALLO
Mi querido Punset insiste en que solo el miedo impide la felicidad. Tenemos el miedo ya instalado en la memoria celular porque llevamos demasiadas generaciones callando, por miedo a no sobrevivir en este sistema que han construido entre unos pocos desde hace siglos que básicamente se resume en: nace, aprende a producir, produce y muere. Y por supuesto, mientras haces todo esto...calla.
Nacemos como enfermos, rodeados de médicos que nos vapulean y nos arrancan rápidamente de la felicidad como si nacer fuera un problema o una tara que hay que resolver. No lo recordamos, pero el miedo debe empezar ya en ese momento: mientras tu madre, tumbada, monitorizada, ausente por la anestesia, sobreviviendo a cesáreas, forceps, gritos de "cállate, que estás anestesiada y esto no es para tanto", atemorizada en definitiva, tú vuelas en manos desconocidas, respiras por primera vez algo que no reconoces, sientes el frío en la espalda, te pinchan, en el pie, en las orejas..estás lejos del calor que conoces, que te ha acompañado, del sonido de una voz que te ayuda a crecer, ya no oyes su voz, solo un murmullo desconocido con el que no sientes ninguna conexión, de ningún tipo...Has nacido y ya tienes el miedo tatuado en el cerebelo. Nadie te ha contado que nacer es un triunfo de la naturaleza, que tu madre es una ganadora y una luchadora que sabe lo que hay que hacer, que habeis hecho un buen trabajo juntos y que a partir de ahí la naturaleza seguirá su curso, el curso que sea, sin miedo. Nadie se ha acordado de que el miedo te va bajar tus defensas naturales, y las de tu madre, que el miedo de ambos va a impedir tu alimentación correcta, que el miedo os va a arrastrar a una larga cadena de visitas al médico: básculas, biberones de apoyo, tretas para que no llores, o llores lo justo, libros para dormir...nadie se ha acordado de que simplemente la tranquilidad y valentía de tu madre va a hacer que crezcas y aprendas a ver el mundo como lo que eres: un triunfo entre millones de probabilidades de la naturaleza. No eres malo ni un enfermo, eres bueno y tu corazón conectado al de tu madre, te dirá qué es lo mejor en cada momento. Porque una madre y su corazón rara vez se equivocan profundamente. Ponerte en una báscula para que ganes el peso que ha dicho un señor, esterilizar, comprar un chupete para que te calles, darte de mamar cada tres horas porque así está mandado por los turnos de enfermería en un hospital...no es cosa de madres, es cosa de médicos. Pero nadie os ha dicho, ni a tí ni a tu madre, que los dos estais preparados en lo más pequeño de vuestra materia, que no sois un enfermo y que no os teneis que callar. Tu ya tienes miedo a todo, tu madre a decir a los médicos que le dejen en paz.
Aprendemos a producir, sí, así de claro, por mucho que leas en los estatutos de cualquier colegio que lo que desean es crear personas. Desde que apenas hablan, cuando aún deberían estar conectados a un hogar, al juego, a mirar, a sentirse infinitamente queridos, les introducimos en un sistema en el que en menos de un año van a estar entre los productivos y los improductivos. Aprendes rápido a leer: productivo. No te interesa lo más mínimo leer: improductivo. Y esa etiqueta prácticamente decidirá tu futuro. El productivo aprenderá a ser cada vez más productivo, se verá reforzado, motivado, crecerá consciente de que ser productivo es más cómodo, más fácil, es lo que el mundo espera de él. El improductivo peleará cada día, oirá que tiene un "deficit de atención", un "trastorno del lenguaje", entrará en un mundo de apoyos y refuerzos que no necesita, que le hacen sentir que su cabeza no funciona, que está enfermo, o es tonto. El mundo para él será un lugar en el que haga lo que haga siempre estará mal, en el que nunca será nadie ni nada. Nuestros hijos, cada día de su magnífica vida pasan 8 horas aprendiendo a producir, unos con éxito y otros sin éxito, llegan a casa y siguen aprendiendo a producir, abandonan el deporte, bailar, jugar...porque no producen lo suficientemente bien..el sábado, el domingo...siguen produciendo. Los libros se amontonan en su mesa de juegos, cada día, hasta que cae la noche, y apenas hay tiempo de cenar rápido y dormir para descansar y mañana tener un productivo cerebro que moldear según la ideología en el poder. Y lo más triste de todo esto es que las premisas para decidir quienes son productivos o improductivos no son sus principios, ni sus virtudes como persona: solo una valoración basada en contenidos académicos. Las matemáticas se han convertido en el baremo que mide personas y su futuro. No su inteligencia emocional, su educación en valores eternos y propicios para la Humanidad. En la práctica la educación como "humanos" queda en papel mojado. Y se callan, nos callamos.
El resto de la vida: producir, producir, producir. Tener un buen trabajo, con el que ganar mucho (pero solo unos pocos), comprar todo lo que otros te dicen que quieres comprar, pasarte la vida en la infelicidad de que por mucho que produces, nunca llegas a ser como esos pocos poquísimos que te han puesto como ejemplo desde que apenas hablabas. Te dirán que puedes decidir en una urna, pero es mentira, y tú te callas. Te dirán que te "prestan" dinero, para que tengas un hogar, pero es mentira te están robando la vida, y tú te callas. Te dirán que ser el mejor en tu trabajo y ganar pasta te realiza como persona, pero es mentira te están anulando, y tú te callas. Te dirán que tu aspecto habla de tí como persona, y que si no lo cuidas estarás solo en la vida, que evites los kilos de más, las arrugas, la vejez...pero es mentira te están reduciendo a lo que se ve y tú te callas. Y como tendrás miedo a no ser el mejor, a no tener lo que debes tener, a no decidir, a estar solo...te callarás, y vivirás como unos pocos quieren que vivas para que seas un buen productor de riqueza..solo para esos pocos. La obesidad infantil está hoy en los mismo números que el hambre crónica infantil en el mundo. Para eso nos enseñan a producir: para que unos coman mucho y se callen, y para que otros coman poco y se callen. Y se mueran.
Pero sabéis qué es lo mejor y más grande de esta vida? precisamente que nos morimos. Que en realidad en la vida no hay nada que perder, que no hay que tener miedo a perder nada, porque lo único que poseemos realmente es nuestro corazón, el amor y la libertad. Que no hay que tener miedo a no ser el mejor en el trabajo, a no tener mucho, a no ganar mucho..porque todo eso no es nada. Porque somos buenos, y somos libres, y no hay que tener miedo a vivir siendo buenos y siendo libres, aunque eso signifique gastar menos, comprar menos, utilizar el trabajo para vivir humanamente, y ayudar a que todos vivan humanamente. Que no hay que dejar en herencia a nuestros hijos una hipoteca, un coche o un apartamento hay que dejarles dignidad, honestidad, humanidad y respeto a los hombres y al planeta.
Saioa, mi vida, como madre no dejaré que nadie anule tu espíritu. Esa belleza que te sale desde el día que naciste de lugares que no llego a ver, pero que brilla en cada una de tus sonrisas, tus palabras y tus movimientos. Este mundo te merece.
Nacemos como enfermos, rodeados de médicos que nos vapulean y nos arrancan rápidamente de la felicidad como si nacer fuera un problema o una tara que hay que resolver. No lo recordamos, pero el miedo debe empezar ya en ese momento: mientras tu madre, tumbada, monitorizada, ausente por la anestesia, sobreviviendo a cesáreas, forceps, gritos de "cállate, que estás anestesiada y esto no es para tanto", atemorizada en definitiva, tú vuelas en manos desconocidas, respiras por primera vez algo que no reconoces, sientes el frío en la espalda, te pinchan, en el pie, en las orejas..estás lejos del calor que conoces, que te ha acompañado, del sonido de una voz que te ayuda a crecer, ya no oyes su voz, solo un murmullo desconocido con el que no sientes ninguna conexión, de ningún tipo...Has nacido y ya tienes el miedo tatuado en el cerebelo. Nadie te ha contado que nacer es un triunfo de la naturaleza, que tu madre es una ganadora y una luchadora que sabe lo que hay que hacer, que habeis hecho un buen trabajo juntos y que a partir de ahí la naturaleza seguirá su curso, el curso que sea, sin miedo. Nadie se ha acordado de que el miedo te va bajar tus defensas naturales, y las de tu madre, que el miedo de ambos va a impedir tu alimentación correcta, que el miedo os va a arrastrar a una larga cadena de visitas al médico: básculas, biberones de apoyo, tretas para que no llores, o llores lo justo, libros para dormir...nadie se ha acordado de que simplemente la tranquilidad y valentía de tu madre va a hacer que crezcas y aprendas a ver el mundo como lo que eres: un triunfo entre millones de probabilidades de la naturaleza. No eres malo ni un enfermo, eres bueno y tu corazón conectado al de tu madre, te dirá qué es lo mejor en cada momento. Porque una madre y su corazón rara vez se equivocan profundamente. Ponerte en una báscula para que ganes el peso que ha dicho un señor, esterilizar, comprar un chupete para que te calles, darte de mamar cada tres horas porque así está mandado por los turnos de enfermería en un hospital...no es cosa de madres, es cosa de médicos. Pero nadie os ha dicho, ni a tí ni a tu madre, que los dos estais preparados en lo más pequeño de vuestra materia, que no sois un enfermo y que no os teneis que callar. Tu ya tienes miedo a todo, tu madre a decir a los médicos que le dejen en paz.
Aprendemos a producir, sí, así de claro, por mucho que leas en los estatutos de cualquier colegio que lo que desean es crear personas. Desde que apenas hablan, cuando aún deberían estar conectados a un hogar, al juego, a mirar, a sentirse infinitamente queridos, les introducimos en un sistema en el que en menos de un año van a estar entre los productivos y los improductivos. Aprendes rápido a leer: productivo. No te interesa lo más mínimo leer: improductivo. Y esa etiqueta prácticamente decidirá tu futuro. El productivo aprenderá a ser cada vez más productivo, se verá reforzado, motivado, crecerá consciente de que ser productivo es más cómodo, más fácil, es lo que el mundo espera de él. El improductivo peleará cada día, oirá que tiene un "deficit de atención", un "trastorno del lenguaje", entrará en un mundo de apoyos y refuerzos que no necesita, que le hacen sentir que su cabeza no funciona, que está enfermo, o es tonto. El mundo para él será un lugar en el que haga lo que haga siempre estará mal, en el que nunca será nadie ni nada. Nuestros hijos, cada día de su magnífica vida pasan 8 horas aprendiendo a producir, unos con éxito y otros sin éxito, llegan a casa y siguen aprendiendo a producir, abandonan el deporte, bailar, jugar...porque no producen lo suficientemente bien..el sábado, el domingo...siguen produciendo. Los libros se amontonan en su mesa de juegos, cada día, hasta que cae la noche, y apenas hay tiempo de cenar rápido y dormir para descansar y mañana tener un productivo cerebro que moldear según la ideología en el poder. Y lo más triste de todo esto es que las premisas para decidir quienes son productivos o improductivos no son sus principios, ni sus virtudes como persona: solo una valoración basada en contenidos académicos. Las matemáticas se han convertido en el baremo que mide personas y su futuro. No su inteligencia emocional, su educación en valores eternos y propicios para la Humanidad. En la práctica la educación como "humanos" queda en papel mojado. Y se callan, nos callamos.
El resto de la vida: producir, producir, producir. Tener un buen trabajo, con el que ganar mucho (pero solo unos pocos), comprar todo lo que otros te dicen que quieres comprar, pasarte la vida en la infelicidad de que por mucho que produces, nunca llegas a ser como esos pocos poquísimos que te han puesto como ejemplo desde que apenas hablabas. Te dirán que puedes decidir en una urna, pero es mentira, y tú te callas. Te dirán que te "prestan" dinero, para que tengas un hogar, pero es mentira te están robando la vida, y tú te callas. Te dirán que ser el mejor en tu trabajo y ganar pasta te realiza como persona, pero es mentira te están anulando, y tú te callas. Te dirán que tu aspecto habla de tí como persona, y que si no lo cuidas estarás solo en la vida, que evites los kilos de más, las arrugas, la vejez...pero es mentira te están reduciendo a lo que se ve y tú te callas. Y como tendrás miedo a no ser el mejor, a no tener lo que debes tener, a no decidir, a estar solo...te callarás, y vivirás como unos pocos quieren que vivas para que seas un buen productor de riqueza..solo para esos pocos. La obesidad infantil está hoy en los mismo números que el hambre crónica infantil en el mundo. Para eso nos enseñan a producir: para que unos coman mucho y se callen, y para que otros coman poco y se callen. Y se mueran.
Pero sabéis qué es lo mejor y más grande de esta vida? precisamente que nos morimos. Que en realidad en la vida no hay nada que perder, que no hay que tener miedo a perder nada, porque lo único que poseemos realmente es nuestro corazón, el amor y la libertad. Que no hay que tener miedo a no ser el mejor en el trabajo, a no tener mucho, a no ganar mucho..porque todo eso no es nada. Porque somos buenos, y somos libres, y no hay que tener miedo a vivir siendo buenos y siendo libres, aunque eso signifique gastar menos, comprar menos, utilizar el trabajo para vivir humanamente, y ayudar a que todos vivan humanamente. Que no hay que dejar en herencia a nuestros hijos una hipoteca, un coche o un apartamento hay que dejarles dignidad, honestidad, humanidad y respeto a los hombres y al planeta.
Sé que hablar así suele sonar a demagogia, a palabras bonitas. Sé que desde mi posición privilegiada, porque sí, soy una privilegiada, suena contradictorio. Parece que vivo como todo aquello que critico. Sí estoy en este sistema, y además he sido muy lista en este sistema, pero solo sé que necesito voz, y necesito actuar. Que siempre es buen momento en la vida para parar y decir hasta aquí he llegado, debo hacer, debo decir, debo pelear. No quiero este capitalismo salvaje. No puede ser que haya familias en el umbral de la pobreza después de haber trabajado como animales, cotizado como bestias y sin ningún tipo de ayuda de nadie. Familias a las que se les va a echar de su casa, se les va a quitar todo porque este sistema un día les "prestó" dinero cuando trabajaban y callaban. No puede ser que hoy la mujer aún siga siendo despedida cuando decide tener un hijo y ya no es tan productiva y desde los gobiernos se nos venda que la igualdad. Y una mierda: igualdad para producir igual, por menos dinero y sin ningún tipo de atención a una situación natural como es tener hijos. Hipocresía estructural a un nivel que no me deja dormir: somos más en las universidades, sin embargo nuestra presencia en las tomas de decisiones reales, las que nos afectan a todos son casi cero. Cómo se entiende esto?? Ellos deciden, nosotras somos perennes secretarias de ellos. Sí lo siento quizás suene políticamente incorrecto, pero solo veo "políticas" que no dejan de ser meras secretarias.
Debo, tengo, quiero empezar a actuar. Quiero un mundo de gente buena y gente libre. Quiero un mundo en el que no haya millones de niños a dieta y millones de niños muriendo por hambre cada minuto. Quiero políticos que trabajen por y para la humanidad, por los que vienen detrás, por todo lo que nos hace grandes en el universo: ser buenos y ser libres.
Somos buenos, somos libres, hay que recordarlo, para no tener miedo a morir. No perdemos nada.
Saioa, mi vida, como madre no dejaré que nadie anule tu espíritu. Esa belleza que te sale desde el día que naciste de lugares que no llego a ver, pero que brilla en cada una de tus sonrisas, tus palabras y tus movimientos. Este mundo te merece.
Making Off Hotel Villa Clementina
No todo lo que se ve es lo que es. El trabajo ahí detrás es emocionante, es mágico...La creación, la ilusión, la pasión de algo que se construye. Contar la belleza, saber que estás contándola. AlzateBranding no siempre se ve, pero siempre está. Gracias!!!!!
CON EL ALMA EN LA MIRADA
Una mirada limpia y noble que transmite todo aquello que intento ser al frente de mi empresa. Por los años puros, que sean nuestro referente en la edad adulta y en las actividades económicas.
VILLA CLEMENTINA: EL PLACER DE SENTIR
¿Quién ha dicho que un hotel solo son buenos servicios? Un hotel puede ofrecer muchas cosas pero lo que realmente queda en el recuerdo es todo lo sentido y vivido. Una ducha caliente al despertar, caminar descalzo sobre una madera noble, abrir la ventana, respirar un paisaje de otoño, abrir la ventana y vibrar entre sus colores con calma, sentir sin pensar...vivir.
AlzateBranding quería transmitir el placer de despertar en un bello hotel de campo. Jorge Moreno ha conseguido resumirlo y materializarlo en una producción fotográfica sugerente, delicada, sensible....Gracias a esa facultad de Jorge para captar instantes de movimiento y luz, su capacidad de detener en una foto emociones sin demasiados artificios, despertar en Villa Clementina www.hotelvillaclementina.com se cuenta en una imagen y se resume en el placer de sentir.
Cuántas veces caminamos sin sentir...Poner un pie delante del otro, es más que un acto reflejo, puede ser un descubrimiento si somos conscientes del suelo que pisamos: su textura, su temperatura, su color, su sonido. Los suelos de Villa Clementina cuentan historias si los escuchas.
Prueba a dejar tus pies desnudos y a caminar hasta la ventana de este hermoso hotel.
Desde aquí mi felicitación a Villa Clementina por los pasos tan bien dados.
PD:
Fotografía y creatividad Jorge Moreno para AlzateBranding
www.jorge-moreno.es
Diseño gráfico: César Garralda para Villa Clementina
Modelo: Cristina Goñi
AlzateBranding quería transmitir el placer de despertar en un bello hotel de campo. Jorge Moreno ha conseguido resumirlo y materializarlo en una producción fotográfica sugerente, delicada, sensible....Gracias a esa facultad de Jorge para captar instantes de movimiento y luz, su capacidad de detener en una foto emociones sin demasiados artificios, despertar en Villa Clementina www.hotelvillaclementina.com se cuenta en una imagen y se resume en el placer de sentir.
Cuántas veces caminamos sin sentir...Poner un pie delante del otro, es más que un acto reflejo, puede ser un descubrimiento si somos conscientes del suelo que pisamos: su textura, su temperatura, su color, su sonido. Los suelos de Villa Clementina cuentan historias si los escuchas.
Prueba a dejar tus pies desnudos y a caminar hasta la ventana de este hermoso hotel.
Desde aquí mi felicitación a Villa Clementina por los pasos tan bien dados.
PD:
Fotografía y creatividad Jorge Moreno para AlzateBranding
www.jorge-moreno.es
Diseño gráfico: César Garralda para Villa Clementina
Modelo: Cristina Goñi
NOS VEMOS LUEGO MIKEL
Sé que desde donde estás, tranquilo y sonriente, me pides que no llore. Sé que estás bien, mucho mejor. Pero no puedo evitarlo, porque te echo de menos. Tu sonrisa grande y rápida, sincera y potente. Tu mirada, mezcla de timidez e inteligencia, profundamente interesada e interesante. Tu manera de fluir en la vida, con serenidad pero con una fuerza sin límites. Siempre adelante, siempre con calma, siempre seguro. Te admiro mi pequeño gran hermano. Nunca antes había llorado tanto en la vida, pero nunca antes había aprendido tanto de la vida y de la muerte. Gracias bonito, por quererme tanto, gracias por templarme, gracias por toda tu vida. Toda enterita la he guardado en el corazón, para acariciarla cuando me sienta perdida, y poder encontrar enseguida el norte. Ya no te puedo decir mírame a los ojos para tranquilizarnos los dos. Ya no hace falta mirarnos, no importa, te escucho en el corazón. Espero que estos días, si tú me escuchas a mí, no me hagas demasiado caso, estoy cabreada con todo, ya se me pasará, te lo prometo.
Te quiero mucho Mikel
"kazoku wa eien ni"
O "familia para siempre", en japonés. Me emociona este idioma, conceptual y lleno de pequeños matices capaces de explicar el universo desde lo pequeño a lo grande, desde lo visible a lo invisible.
Hoy quiero cantarle un poco a mi familia, más que personas, un territorio en el que he nacido, crecido, y en el que nado como un pez en el caribe (colores y agua transparente). Mi familia es un lugar, un espacio, un mundo diferente al mundo de ahí fuera. Un sitio en el que puedo ser débil o fuerte, niña o adulta, consciente o inconsciente, hija o hermana, perfecta o imperfecta, lista o tonta, parte o todo, más o menos...Da igual lo que sea, o quiera ser, es un territorio en el que siempre estoy, al que siempre vuelvo y que siempre añoro. Mi familia es un imperfecto mundo perfecto.
En mi familia hay gente que habla mucho, y gente que habla poco, incluso algunos que no hablan...pero somos gente muy parecida en el fondo: intensos, libres y poco convencionales. Y en la forma: la nariz Alzate sigue ganando generación tras generación, dándonos esa pinta de clan fuerte y peleón, y la sonrisa Asensio, de marco, dulcifica. Somos una bonita sonrisa pegada a una magnifica nariz. Es el resultado de esa curiosa pareja formada por mi madre y mi padre: ella viviendo en un confeti permanentemente, divertida, graciosa y guapa, él fuerte, sólido y diferente, trabajando permanentemente para que nuestras vidas sean siempre un poco mejor. Mi madre es el desorden del corazón, mi padre el orden de la razón. Se quieren, nos quieren. Y este territorio es como es por ellos.
Todos los hermanos nos hemos ido pronto a crear nuevos mundos, ellos nos han educado para salir rápido y con seguridad ahí fuera, pero todos seguimos regresando una vez y otra, y otra. Porque aquí hace calor.
Mis hermanos. Tengo tres. Somos cuatro. La que os habla la mayor. Parecemos diferentes, pero somos casi iguales, solo que la mezcla Alzate+Asensio varía en proporción de unos a otros. Solo eso. Tres que llegamos uno detrás de otro, el cuarto que llegó 15 años después que yo con los pies y las manos más grandes que yo he visto en un bebé. Un bebé que los tres mirábamos como si fuera una fuente de agua, hipnotizados (hoy seguimos mirándote igual mi querido Mikel). De repente un nuevo pollo, igual que nosotros, pero en pequeño (hoy como entonces, "y más alto que la pasión" como dice mi madre, sigue siendo el pequeño, qué le vamos a hacer querido brother). En él las proporciones de la mezcla son más equilibradas, de algo le tenía que haber servido a esta pareja haber hecho varios prototipos.
Y podría escribir páginas y páginas sobre esta familia-territorio pero en realidad solo quería decir una cosa: os amo.
Hoy quiero cantarle un poco a mi familia, más que personas, un territorio en el que he nacido, crecido, y en el que nado como un pez en el caribe (colores y agua transparente). Mi familia es un lugar, un espacio, un mundo diferente al mundo de ahí fuera. Un sitio en el que puedo ser débil o fuerte, niña o adulta, consciente o inconsciente, hija o hermana, perfecta o imperfecta, lista o tonta, parte o todo, más o menos...Da igual lo que sea, o quiera ser, es un territorio en el que siempre estoy, al que siempre vuelvo y que siempre añoro. Mi familia es un imperfecto mundo perfecto.
En mi familia hay gente que habla mucho, y gente que habla poco, incluso algunos que no hablan...pero somos gente muy parecida en el fondo: intensos, libres y poco convencionales. Y en la forma: la nariz Alzate sigue ganando generación tras generación, dándonos esa pinta de clan fuerte y peleón, y la sonrisa Asensio, de marco, dulcifica. Somos una bonita sonrisa pegada a una magnifica nariz. Es el resultado de esa curiosa pareja formada por mi madre y mi padre: ella viviendo en un confeti permanentemente, divertida, graciosa y guapa, él fuerte, sólido y diferente, trabajando permanentemente para que nuestras vidas sean siempre un poco mejor. Mi madre es el desorden del corazón, mi padre el orden de la razón. Se quieren, nos quieren. Y este territorio es como es por ellos.
Todos los hermanos nos hemos ido pronto a crear nuevos mundos, ellos nos han educado para salir rápido y con seguridad ahí fuera, pero todos seguimos regresando una vez y otra, y otra. Porque aquí hace calor.
Mis hermanos. Tengo tres. Somos cuatro. La que os habla la mayor. Parecemos diferentes, pero somos casi iguales, solo que la mezcla Alzate+Asensio varía en proporción de unos a otros. Solo eso. Tres que llegamos uno detrás de otro, el cuarto que llegó 15 años después que yo con los pies y las manos más grandes que yo he visto en un bebé. Un bebé que los tres mirábamos como si fuera una fuente de agua, hipnotizados (hoy seguimos mirándote igual mi querido Mikel). De repente un nuevo pollo, igual que nosotros, pero en pequeño (hoy como entonces, "y más alto que la pasión" como dice mi madre, sigue siendo el pequeño, qué le vamos a hacer querido brother). En él las proporciones de la mezcla son más equilibradas, de algo le tenía que haber servido a esta pareja haber hecho varios prototipos.
Y podría escribir páginas y páginas sobre esta familia-territorio pero en realidad solo quería decir una cosa: os amo.
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